Los Loser y Little Miss Sunshine...

En nuestra sociedad contemporánea, moderna, competitiva, enajenada con el éxito, es muy fácil sentirse un perdedor. Hay muchas circunstancias que nos llevan a sublimar la derrota, y caer en esa sensación angustiante del fracaso. Una mala nota, un mal informe, no quedar en la pega o la carrera a la que estaba postulando, ser gorda, ser fea, no encajar con los moldes, ganar poca plata….en fin, de lo más cotidiano, a lo más relevante, el efecto es uno: sentirse un LOSER.
Ayer me pasó, por dos décimas no quedé en la carrera a la que estaba postulando, y se me vinieron todas estas sensaciones encima. Por qué la primera reacción siempre es esa?, Uno realmente es el culpable, el perdedor, el frustrado?, o es el contexto, los criterios de evaluación, y el nivel de exposición al que uno se somete los que nos hacen sentir así?….Debe ser una mezcla. Pero claramente hay gente curtida que aguanta y soporta mucho más, o que adopta la actitud de “ganador” y le resultan las cosas con mayor facilidad. ¿Será una fórmula como las que enseña el papá de Olive, en Little Miss Sunshine?.
El domingo fui a ver esta película, la cual pasó a mis top 10. Verla justo dos días antes de la “noticia”, fue bueno. Me gusta el cine porque te da respuestas, porque te enfrenta con una realidad-ficción que es capaz de interpretarte. Little… es una historia que dialoga con la obsesión del triunfo – a través del padre-, pero que irónicamente muestra las caídas y debilidades de sus personajes: un tío homosexual y suicida fallido. Un hermano que no habla por opción propia, un abuelo drogadicto, una mamá que sólo sabe comprar pollo para el almuerzo, un padre charlatán y una niña gordita que lo único que sueña es con ser reina. Una familia desestructurada, en una sociedad rígida.
Juntos emprenden un viaje, en el furgón familiar, hacia California donde se desarrollará un concurso de belleza pre adolescente, en el cual participará Olive. El trayecto es una hilarante comedia de errores, pero errores cotidianos, los cuales uno compara e identifica con los propios. Es también, un viaje hacia transformaciones profundas, pero esencialmente, una historia de cariño y solidaridad entre este grupo de perdedores, que juntos enfrentan los prejuicios y el stablishment de una cultura obsesionada con la victoria.
Me gustó mucho esta película, es simple, rápida y divertida. Está contada desde una mirada muy femenina –la dirige Valerie Faris junto a su marido Jonathan Dayton- y honesta. Se las recomiendo.